¿Te pasa que ves tus fotos de producto y sientes que “algo falta”, pero no sabes exactamente qué?
No hace falta ser fotógrafo para reconocer una buena imagen. De hecho, como dueño de una marca, es clave saber qué buscar en una foto para que realmente venda.
Aquí te comparto lo básico que necesitas saber para identificar si una foto está bien hecha… y cómo eso impacta directamente en tu marca.
1. Enfoque y nitidez
Lo primero es lo primero: ¿está bien enfocada?
Una buena foto de producto tiene el foco en lo que importa: tu producto. No está borroso, no hay partes desenfocadas al azar. La nitidez transmite calidad y profesionalismo.
Una foto nítida dice: “Esto es un producto serio”.
2. Encuadre claro y limpio
¿Está bien encuadrado el producto?
Nada de objetos cortados, ángulos raros o demasiado espacio vacío. El encuadre debe guiar la vista hacia lo importante, sin distracciones.
Cuando el encuadre está bien hecho, el producto se ve protagonista. Y eso es lo que quieres.
3. Color coherente con la realidad
¿El color del producto en la foto se parece al real?
Un error común es que los colores salgan más fríos, más saturados o simplemente distintos. Y eso puede generar devoluciones o desconfianza.
Una buena foto respeta los colores reales del producto. Ni más, ni menos.
4. Luz pareja y sin sombras molestas
¿La iluminación está equilibrada?
Evita fotos con zonas quemadas (muy blancas) o partes demasiado oscuras. Tampoco deberían aparecer sombras duras que distraigan.
La luz pareja hace que el producto se vea limpio, apetecible, profesional.
5. Sensación general de calidad
A veces no puedes explicar por qué, pero sabes que una foto se ve “pro”.
Eso ocurre cuando todo lo anterior (luz, enfoque, encuadre, color) está bien trabajado. Y esa es la diferencia entre una foto “ok” y una que realmente vende.
Entonces… ¿tienes que aprender todo esto tú?
Para nada.
Como fotógrafo especializado en productos, mi trabajo es asegurarme de que cada imagen cumpla con todos estos puntos y que tu producto luzca impecable.
Tú no tienes que preocuparte por la cámara, la luz o los detalles técnicos. Solo necesitas saber cómo se ve una buena foto… y dejar el resto en manos de un profesional.