Mi Trayectoria en la Fotografía Profesional
Punto de partida
P: ¿Qué te motivó a adentrarte en el mundo de la fotografía?
R: Desde pequeño, sentí una admiración profunda por la fotografía. Cada vez que veía imágenes profesionales en revistas, anuncios o libros, quedaba fascinado por el impacto visual y la perfección de esas capturas. Pensaba para mí: "Me encantaría algún día crear fotos como estas". Viví en una época sin dispositivos electrónicos, donde las cámaras eran analógicas y la fotografía se valoraba enormemente como una forma de arte.
P:¿Cuál fue tu primera cámara y qué recuerdas de tus primeros disparos?
R: Mi primera cámara fue una Canon EF de 1973 con un objetivo 50mm f/1.4 FD, que adquirí de segunda mano en 1999. La compré con uno de mis primeros sueldos en un trabajo ajeno a la fotografía por 48.000 pesetas de la época. Aunque estaba lleno de entusiasmo, mis primeros disparos fueron un desastre. No sabía exponer correctamente ni manejar el ASA (ISO actual), y el equipo no tenía automatismos. Fue un inicio frustrante, pero marcó el comienzo de un largo camino de aprendizaje.
P: ¿Tuviste algún mentor o inspiración en tus comienzos?
R: En esa momento mis mentores fueron los libros que encontré en las bibliotecas municipales de Fuenlabrada. Tras varios intentos fallidos, recurrí a ellos para aprender los fundamentos de la fotografía. Recuerdo especialmente un libro titulado "Fotografiar la naturaleza" de Oriol Alamany Sesé y una guia de fotografía de Peter K Burian publicada por National Geographic. Esos recursos me permitieron entender conceptos como el ISO, la exposición y la profundidad de campo, y finalmente, lograr fotografías, al menos, correctamente expuestas.
P: ¿Qué estilos o temas fotográficos te atrajeron inicialmente?
R: La fotografía de naturaleza fue mi primera inspiración, especialmente los reportajes que veía en National Geographic. Más adelante, desarrollé un interés por la fotografía de moda, disfrutando el reto creativo que implica trabajar con modelos y estilismos.
P:¿Cómo recuerdas tus primeros pasos como fotógrafo profesional en Fuenlabrada tu localidad de origen?
R: Tengo recuerdos entrañables de una de mis etapas en Fuenlabrada (2002-2007), un periodo más de aprendizaje y experimentación que de profesionalización. La oferta de trabajo en fotografía allí era limitada, principalmente enfocada en BBC (Bodas, Bautizos y Comuniones). Por ello, comencé a participar en chats, foros y blogs para conectar con aspirantes a actrices y modelos, con el objetivo de crear un portafolio.
Realizaba pequeños tests fotográficos informales para estudiantes, actrices y modelos que buscaban imágenes de calidad, cobrando entre 60 y 100 euros. Solía fotografiar en las calles de Madrid, revelaba diapositivas en laboratorios económicos y las digitalizaba en el taller de un amigo, quien también me ayudaba a encontrar trabajos.
Sin embargo, mi verdadera profesionalización llegó años después, en 2012, cuando me mudé a Vallecas. Con una Nikon D300 y la oportunidad de trabajar en una productora de eventos nocturnos, me di de alta como autónomo y comencé a ejercer la fotografía de manera profesional, cerrando la etapa más amateur de mis inicios en Fuenlabrada.
P: ¿Cómo reaccionaron tus amigos y familiares al verte iniciar tu carrera como fotógrafo?
R: Mis amigos lo llevaron de maravilla, especialmente porque, curiosamente, lograba conectar muy bien con las modelos que fotografiaba, muchas de ellas de Madrid capital. Esto dio pie a salidas grupales los fines de semana, donde se sumaban sus amigas y mis amigos de Fuenlabrada: Quino, Víctor, Iván y yo. Juntos creamos un ambiente social único y lleno de historias memorables.
P: ¿Cómo fue evolucionando tu técnica a medida que ganabas experiencia?
R: Mi evolución técnica fue rápida, especialmente porque partí desde cero. En una época sin tutoriales ni foros en línea, aprendí a través de libros y práctica constante. En un año ya lograba capturas nítidas, bien expuestas y con composiciones sólidas, algo que me llenaba de orgullo.
Antes del Proyecto en 2018.
P: Antes de trabajar en las excavaciones del Molinete, ¿en qué tipo de proyectos estabas involucrado?
R: Vivía en Alcalá de Henares (Madrid), donde cuidaba de mi madre enferma y trabajaba ocasionalmente en el estudio de Luis Sánchez Flores. Este estudio se especializaba en fotografía de moda para modelos aspirantes, retratos familiares y eventos. También realizaba trabajos independientes en eventos nocturnos en el corredor del Henares.
P:¿Cómo llegaste a colaborar con la Fundación Repsol en Cartagena?
R: Fue una casualidad. Me fui a vivir a Murcia y un domingo, tomando una café con un vecino del barrio me sugirió acercarme al proyecto del Molinete, donde buscaban fotógrafos. Aunque no tenía experiencia previa en excavaciones, me presenté con mi equipo y realicé una prueba fotografiando cerámica romana. Mi trabajo fue bien recibido, lo que me permitió colaborar de manera continua.
P: ¿Qué te aportó la experiencia de documentar ruinas arqueológicas?
R: Fue un honor trabajar con patrimonio de la humanidad, como cerámica y ruinas romanas. Esta experiencia no solo amplió mis habilidades técnicas, sino que también me hizo apreciar el valor cultural e histórico de cada pieza que fotografiaba.
P: ¿Fue este proyecto un punto de inflexión en tu carrera? ¿Por qué?
R: Sí, este proyecto marcó un antes y un después. Fue mi primera experiencia en fotografía científica y arqueológica, lo que amplió mis horizontes profesionales y me permitió explorar un campo completamente nuevo.
P: ¿Recuerdas alguna imagen o historia destacada de ese tiempo en Cartagena?
R: Una anécdota que siempre recordaré fue cuando, al limpiar un pozo, descubrí accidentalmente una vasija romana en perfecto estado de conservación, que hoy en día está expuesta en el museo. Ver cómo los arqueólogos dejaban todo para analizarla fue un momento único.
La Aventura en Sudamérica
P: ¿Qué te llevó a tomar la decisión de mudarte a Sudamérica tras finalizar el proyecto?
R: Tras concluir el proyecto en Cartagena, recibí una invitación de una amiga peruana, quien hoy es mi esposa y la madre de mi hijo; para participar en un proyecto de PromPerú sobre arqueología prehispánica. Era una oportunidad única que no podía dejar pasar.
P: ¿Cómo describirías tu experiencia fotográfica en Perú durante esos dos años?
R: Enriquecedora. Perú es un país con una diversidad geográfica y cultural impresionante, desde la Amazonía hasta la cordillera de los Andes y la costa del Pacífico. Su riqueza cultural y gastronómica fue una fuente constante de inspiración para mí.
P: ¿Qué obstaculos enfrentaste al trabajar en un país con una cultura y mercado fotográfico distintos?
R: Aunque tenía experiencia en proyectos similares, adaptarme a un nuevo entorno cultural y profesional fue un reto. También me enfrenté a la diferencia horaria y a costumbres distintas, aunque similares en algunos aspectos a las de España.
P: ¿Cómo influyó Perú en tu estilo o enfoque fotográfico?
R: Perú me enseñó a adaptarme a diferentes contextos y a ser más competitivo. Su riqueza cultural y natural me ayudó a desarrollar una mirada más versátil y abierta.
P: Tras mudarte a Chile, ¿cómo se diferenciaron las oportunidades y retos respecto a Perú?
R: En Chile, enfrenté retos como el estallido social de 2019 y la pandemia, la crisis social y la delincuencia. A diferencia de Perú, donde llegué con un proyecto asegurado, en Chile tuve que construir todo desde cero, lo que me enseñó a ser resiliente y emprendedor.
P: Qué tipos de proyectos destacaron en tu carrera durante estos cinco años en Chile?
R: Tuve la oportunidad de colaborar con agencias que trabajaban para marcas como Coca-Cola, KFC, Iberia y Latam. También participé en proyectos culturales con escuelas de teatro y museos de arte, lo que diversificó mi portafolio.
P: ¿Hubo algún trabajo en Sudamérica que sientas como un logro significativo?
R: Trabajar con marcas internacionales y colaborar con figuras destacadas, como el chef Sergio Barroso, fueron logros significativos. Además, desarrollar proyectos gastronómicos para plataformas como JOKR y RAPPI fue un gran reto cumplido.
P: ¿Cómo te adaptaste a las diferencias culturales y profesionales entre España y Sudamérica?
R: Aunque fue un proceso difícil, especialmente en Chile, aprendí a adaptarme a las particularidades de cada cultura. Esto me ayudó a crecer tanto personal como profesionalmente.
P: ¿Cuáles consideras que son los mayores aprendizajes de tu experiencia en Sudamérica?
R: Emprender, ser mi propio jefe y atreverme a asumir riesgos que antes no habría considerado. También destaco el aprendizaje de ser padre y construir una familia lejos de mi país natal.
P: ¿Qué diferencias principales observaste en la industria fotográfica entre Europa y Sudamérica?
R: En Europa, los fotógrafos creativos suelen estar mejor valorados y remunerados. En Sudamérica, aunque hay mucho talento, los recursos y las oportunidades no siempre están al mismo nivel.
Regreso a España y nuevos proyectos
P: ¿Qué te motivó a regresar a Madrid después de estos años?
R: Quiero iniciar nuevos proyectos que solo pueden desarrollarse en España, aprovechando mi experiencia internacional para abrir nuevas puertas.
P: ¿Qué tipo de proyectos o colaboraciones esperas encontrar en Madrid?
R: He presentado mi portafolio a restaurantes con estrellas Michelin y a agencias de marketing. Además, estoy trabajando en la creación de mi propia agencia de publicidad.
P: ¿Tienes algún objetivo o sueño profesional que quieras cumplir en esta nueva etapa?
R: Sí, quiero avanzar en proyectos que antes no me atrevía a emprender, consolidando mi trayectoria en la fotografía comercial y publicitaria.
P: ¿Crees que tu experiencia en Sudamérica influirá en la forma en que afrontas tu trabajo en España?
R: Definitivamente. Mi experiencia en Sudamérica me enseñó a ser más adaptable, resiliente y creativo, habilidades que aplicaré en esta nueva etapa.
P: ¿Qué consejo darías a otros fotógrafos que quieran expandirse internacionalmente o explorar nuevas culturas?
R: Investigar bien el lugar al que desean ir, entender su cultura y estar dispuestos a salir de su zona de confort. La experiencia internacional puede ser desafiante, pero es extremadamente enriquecedora.
Karen Quispe
Karen Quispe es licenciada en periodismo por la Universidad Jaime Bausate y Meza y cuenta con un diplomado en administración de empresas del Instituto IPAE. Ha trabajado en el área de Imagen y Prensa en municipalidades como El Agustino y El Rímac, y en canales de televisión como Latina, Panamericana, ATV y América Televisión. Además, es la creadora y productora del programa radial "Contigo Mujer" en Estéreo Villa. En 2019, se trasladó a Santiago de Chile, donde continúa desarrollando su carrera profesional.